¿Qué se pone en juego en estas elecciones de directores en Filo?
¿Qué implican? ¿Qué está detrás de las mismas?
En los próximos días, cuando se convoque a reunión de las Juntas Departamentales de todas las carreras de Filo, se van a renovar las representaciones de profesores, estudiantes y graduados, y con ello se realizará la elección del nuevo Director de cada carrera, a través del voto de estos representantes. Este es un hecho que regularmente conlleva una gran discusión, particularmente entre el claustro de profesores, que son quienes concentran el poder en las Juntas.
Desde la BEMBA, Geoide en Revolución y Verbo Irregular queremos aprovechar para introducir debates a propósito de esta elección y de las implicancias políticas que tiene.
Si bien luego de las elecciones del claustro de estudiantes, que el año pasado se realizaron en Octubre, en Filosofía y Letras parece mermar la actividad política, la Gestión de la Facultad aprovechó ese momento para acumular políticamente dentro de los claustros de graduados y profesores, arrasando en sus respectivas elecciones.
¿Qué significa esto? Que la Gestión de la Decana Morgade hoy tiene mayorías en todas las Juntas, en los representantes de profesores y graduados. Además con el voto obsecuente del FUP y otros espacios estudiantiles subordinados (que tienen la representación de mayoría en educación y filosofía, y minorías en varias de las demás Juntas), puede designar a dedo a cualquier funcionario como director de nuestras carreras. Como claro ejemplo, en la carrera de Geo esto se ve plasmado en la mayor representación de los graduados alineados a la gestión y en la actitud de los profesores, los cuales se han mostrado más activos para defender la perspectiva política de la gestión de la Carrera y de la Facultad.
En estas condiciones y, como viene siendo la costumbre de esta Gestión de no abrir el debate político, los candidatos que ponga la Decana van a asumir sin un programa público, pero con un objetivo claro: mantener los mantener las prácticas corporativas y burocráticas del reducido claustro de profesores, y generar las condiciones para la acreditación de los profesorados ante la CONEAU, con las condiciones y los marcos que ésta exige.
Desde que asumió la actual Gestión de la Facultad se concentró en consolidar una política de acceso restrictivo a la universidad (que tuvo su hito en la eliminación de la Beca de Apuntes), degradación de las condiciones edilicias, negociados públicos y privados (a través de los programas de extensión y el laboratorio de idiomas), domesticación del espacio y castigo a la disidencia política, como sucedió con el ex secretario de la AGD-filo Octavio Colombo. Y su plan en estas elecciones de director de carreras no es otro que gobernar cada una de ellas para poder seguir profundizando este tipo de políticas que mencionamos sin oposición alguna.
Por otro lado consideramos como grave que en ninguna de estas nuevas elecciones de directores este puesto sobre la mesa por ningún candidato de la gestión un tema que el movimiento estudiantil viene hace mucho años discutiendo y que nos parece central: el carácter profundamente antidemocrático de la conformación de las Juntas. En todos los órganos de cogobierno de la universidad los estudiantes estamos subrepresentados (siendo el claustro más numeroso) al igual que la gran mayoría de quienes ejercen el rol de docentes, ya que se ven obligados a elegir a sus representantes dentro del claustro de graduados, porque sólo votan para el claustro de docentes (que es aquel que tiene mayor representatividad) los docentes titulares y adjuntos. Ni que decir de los trabajadores no docentes que no tienen ningún tipo de representación. Todo esto se traduce en que una acentuada minoría de las carreras son los que tienen el mayor poder de decisión, en desmedro de los estudiantes que tenemos una capacidad de incidencia mínimo. Y si todo esto no fuese suficiente, las elecciones de directores de carrera están establecidas durante las primeras semanas de cursada, situación que hace que la mayoría de los compañeros ni se entere y de hacerlo no tenga tiempo de discutir el problema hasta que el hecho ya este consumado.
Es en estas condiciones que los estudiantes tenemos que tomar un rol protagónico. La acumulación política del Decanato también se construyó gracias a un movimiento estudiantil que oscilaba entre el inmovilismo y medidas inconsistentes. Esto se tradujo en el crecimiento del FUP (Secretaría General del CEFyL desde el año pasado), un espacio político que tiene la definición de no representar los intereses de los estudiantes y operar para los intereses del decanato.
Desde LA BEMBA, Geoide y Verbo Irregular, creemos que tiene que ser una tarea de primer orden, para el conjunto de los estudiantes y para quienes militamos todos los días para transformar la Facultad y ponerla al servicio del pueblo, dar la disputa por la orientación de nuestras carreras e intervenir directamente en la elección de los directores, para que finalmente se democraticen esos espacios. Creemos que esto no puede limitarse a las elecciones y esperamos encontrarnos con todos los compañeros de todas las fuerzas que se reivindican de izquierda y que se presentaron a elecciones planteando esto mismo.
No nos pueden comer los faccionalismos o el oportunismo electoral, tenemos que salir a construir esta lucha, en los cursos y con cada vez más compañeros. Tenemos que promover en cada una de las carreras asambleas y otros espacios de discusión para encontrarnos todos y discutir estos temas para poder tomar el problema en nuestras manos y movilizarnos para conseguir nuestras demandas. Mandatar a los representantes en Junta con lo que allí se decida y buscar canales de coordinación entre todas las carreras entendiendo que tenemos varios problemas que son generales a todos.
¡De nosotros depende!
La Bemba, Geoide en Revolución y Verbo Irregular