martes, 5 de octubre de 2010

La de ayer fue una jornada especial para el proceso que estamos viviendo en la facultad. Una vez más llegábamos con la ilusión de  resolver el conflicto, con la esperanza de que el Consejo Directivo, tan pedido por aquellos que estaban de acuerdo con los reclamos pero no con la medida, finalmente muestre voluntad de querer resolver este nudo. Sin embargo, las cosas no fueron como queríamos todos los que esperamos una resolución.

La gestión intentó, desde un primer momento, poner palos en la rueda e intentar pasar por arriba a los estudiantes pero una vez más se chocó con la organización que vuelve a demostrar que se puede.

Los primeros estudiantes que intentaron llegar a la sala del Consejo Directivo se encontraron con personal de seguridad y con una mayor cantidad de sillas en el interior de la sala que lo común: claras muestras de que la gestión no quiere dialogar y no tiene intención de escuchar los reclamos de los estudiantes, que consideramos justos y legítimos.

La siguiente propuesta de parte de las autoridades fue, nada más y nada menos, que realizar la mitad de la sesión en la sala del Consejo Directivo, mientras que la otra mitad se realizaría en algún aula con todo aquel que quiera presenciarla. Esta propuesta era absurda en sí misma, pues el Consejo Directivo es de carácter público y por lo tanto se deben dar las condiciones para que asista la mayor cantidad de gente posible; y si podía realizarse la mitad de la sesión en un aula donde podrían entrar la mayor parte de los interesados, no habría una buena razón para no realizar la sesión completa bajo esta modalidad.
Al ver estas maniobras así como otras que comentamos en el correo que enviamos anteriormente, se decidió en la asamblea que ese Consejo Directivo intentaba ser más antidemocrático y más ilegítimo que de costumbre, lo cual ya es demasiado, y por ende que no aceptábamos que sesione de esa manera. Se decidió ir a romper la sesión: hacer ruido para que no pueda realizarse.

En este punto vimos desbordes, gritos e insultos de estudiantes, de graduados y de profesores y algunos cruces de cantitos. Así vimos a algunos profesores muy conocidos por nosotros gritando “universidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode”, profesores que hacen todo lo posible justamente por no trabajar, profesores que faltan cada vez que pueden a las clases, profesores que hacen todo lo posible por evitar las mesas de finales, profesores que ni siquiera leen los trabajos de sus estudiantes. ¿De esos trabajadores es la Universidad?

Los estudiantes dimos una muestra más de las ganas de resolver el conflicto y aceptamos sentarnos a dialogar con los consejeros y la comisión mandatada por la asamblea. Y en este sentido, pudimos escuchar las opiniones de graduados, profesores y de las autoridades de la Facultad y empezar a debatir los proyectos que propone cada claustro. Este debate se está reanudando ahora, en una nueva mesa de diálogo para consensuar y discutir los proyectos presentados por estudiantes, minorías y mayorías de profesores y de graduados, con la idea de que se convoque a una posible sesión extraordinaria del Consejo para el día miércoles 6 del corriente.
Estamos pidiendo algo claro y concreto y todo el tiempo nos responden con vaguedades y argumentos sin sentido. Lo importante en este momento es enfocarnos en nuestros reclamos sin polarizarnos entre nosotros: ¡vamos todxs por un mismo reclamo! La forma de resolver el conflicto depende de que los proyectos, y del que salga de la reunión de hoy, contemple todos nuestros reclamos: ¡es nuestra tarea garantizar eso!

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